Muchas mamis utilizan el rebozo o fular para cargar a sus bebés pues les deja las manos libres y además genera una sensación de seguridad en el pequeño.
Se trata de una larga tela que arropa al niño manteniéndolo junto a la madre y que forma parte de la vestimenta de las mujeres desde épocas pasadas. Se ha ido adaptando a las distintas culturas pero siempre cumpliendo la función de ayudar a la mamá a cargar a su bebé de una manera cómoda para ella y confortable para el niño.
Cuando el bebé nace pasa de estar contenido en el útero en posición fetal a estar libre y esto le puede generar una sensación de inseguridad. Al arroparlo en el rebozo o fular el pequeño vuelve a sentirse contenido y calentito, como antes de nacer. Además, permanece cerca del pecho de la mamá por lo que probablemente escuche los latidos de su corazón y su respiración lo que le resultará familiar ya que ha estado en contacto con ellos durante todo el embarazo.
Además de ser beneficioso para el niño este cargador de bebés lo es también para la mamá pues le permite cargar a su pequeño durante períodos más largos de tiempo y realizar simultáneamente otras actividades.
Más allá de la prenda tradicional utilizada por varias culturas existen versiones más modernas, como mochilas frontales por ejemplo, que cumplen la misma función y que se ven frecuentemente en la actualidad.