La primera manera que encuentra el bebé para comunicarse es el llanto el cual no tiene siempre el mismo significado. Desde sus primeros meses está registrando el sonido de las palabras y las oraciones al escuchar hablar a quienes lo rodean. Cerca de los seis meses el pequeño empieza a balbucear y repite sonidos encadenados unos con otros. Está experimentando con su lengua, paladar y cuerdas vocales. Al balbucear intentará reproducir tonalidades y patrones que escucha de los adultos.
Para estimular el desarrollo del lenguaje de los bebés es bueno hablarles, leerles y cantarles. Otra cosa muy importante es escucharlos, incluso aunque lo que dicen sea incomprensible, porque así ganan confianza y se sienten más seguros para seguir intentando comunicarse.
Pasado el año el pequeño usa alguna palabra e incluso sabe lo que significa. Ya puede distinguir las inflexiones de las frases y hasta intenta reproducirlas. Entre el año y medio y los dos años el niño ya entiende muchas palabras, más que las que puede decir y al llegar a los dos años podrá armar frases de pocas palabras pero que le permitan expresarse y comunicar algo. Los pronombres le costarán un poquito pero no tardará en aprenderlos.
Entre los dos y tres años el pequeño ya comprende casi todo lo que se dice a su alrededor y su vocabulario aumenta rápidamente. Al cumplir tres añitos podrá expresarse mejor armando frases simples con un claro significado, por lo que será posible entablar una conversación con él.