Hasta hace unos años se creía que hacer dormir al bebé boca abajo era lo más conveniente. Sin embargo, actualmente pediatras de todo el mundo reconocen que la posición más segura para el bebé mientras duerme es boca arriba, no boca abajo como se pensaba.
Este cambio en la manera en que duermen los recién nacidos ha reducido notoriamente los casos de muerte súbita. Estudios realizados en distintos lugares han demostrado, efectivamente, que el hecho de que el lactante duerma boca arriba disminuye este riesgo de fallecimiento repentino.
Uno de los motivos principales por el cual los médicos antes recomendaban acostar al bebé boca abajo era el riesgo de asfixia si el bebé vomitaba estando boca arriba. Sin embargo hoy han aceptado que dicha posición es más riesgosa y aconsejan a los padres acostar al pequeño mirando hacia arriba (a no ser que el bebé necesite dormir boca abajo por alguna situación particular).
A pesar de ser más beneficiosa, esta postura conlleva la problemática de que puede provocar plagiocefalia, una deformación en el cráneo por estar sometido a una reiterada presión en un mismo punto debido al apoyo de la cabecita. Para evitar esto los papis pueden orientar la cabeza del pequeño hacia un lado y otro cada vez que lo acuestan. De todas maneras no es algo grave y muchas veces se corrige durante el crecimiento.
Además de la posición en que se debe colocar al bebé a la hora de dormir hay otros aspectos a tener en cuenta como que las almohadas y los colchones blandos y mullidos no son aconsejables, que no debe haber juguetes ni elementos blandos y acolchonados en la cuna como almohadones o peluches, que el pequeño no debe dormir con sus padres en la cama y que no debe estar excesivamente abrigado o en un ambiente muy caluroso, entre otras cosas.